Segunda Cohorte – Ciclo 2020-2022
"Buscando la excelencia y la probidad de magistrados y funcionarios
judiciales cercanos a la población, al ritmo de los nuevos tiempos"
Luego de las experiencias de la Diplomatura en Magistratura y Gestión Judicial
(DMyGJ), dictada entre 2016/2017 (con 26 diplomados), que fue la antesala de
la Especialización, en su primer cohorte durante el ciclo 2018/2020 (con 13
especializandos, que actualmente se encuentran en la etapa final de
producción del Trabajo Final Integrador – TIF) la realidad del Poder Judicial en
general (PJ), y el de la Provincia de San Juan en particular, marcan la necesidad
de continuar la carrera, pero subiendo la apuesta por nuevos desafíos.
Los principales núcleos temáticos que nos interesan, dentro de los nuevos
desafíos del Poder Judicial Siglo XXI, son: Acceso a justicia - Justicia cercana -
Nuevas tecnologías y modernización judicial.
Invitación
En el PJ se están produciendo importantísimos avances, que prometen un
cambio de paradigma en relación a la organización y funcionamiento de ese
poder del Estado. Nos referimos al PJ en todos sus niveles (nacional y
provinciales, incluyendo a SJ). Esta marea de innovaciones y cambios abarca
cuestiones relacionadas, por un lado, con el nuevo rol institucional del PJ, que
enlaza la mirada de una justicia más cercana y accesible al habitante común,
que tenga en cuenta la situación de los sectores vulnerables, que intente una
administración más eficiente y eficaz, que de respuestas rápidas y conforme a
derecho, teniendo en cuenta para eso las últimas tendencias doctrinales y
jurisprudenciales, a la luz de los cambios y avances legislativos.
A esa realidad, que comprende una nueva mirada institucional del PJ, y que
requiere de un análisis político y filosófico sobre la situación y el deber ser de
este poder del estado, se suman las demandas sociales de un mundo envuelto
en la globalización, con la implosión de las nuevas tecnologías que se han
introducido en todos los ámbitos de nuestra vida; problemas que trascienden
incluso la situación de los países, como el medio ambiente, el mercado
electrónico, o situaciones impensadas como la pandemia del COVID 19, que ha
paralizado al mundo y ha obligado a replantear modelos de organización.
Desde hace años esta realidad que viene en un proceso ascendente, ha llevado
a una constante labor legislativa, con reformas permanentes de la legislación
de fondo y de forma, en todas las ramas del derecho…
… Por su parte se proponen nuevas estructuras procesales, que implican una
continua adaptación de la organización judicial a ellas: la justicia protectoria
(relacionada a la situación de sectores vulnerables: niños, ancianos, personas
con capacidades especiales o limitadas, la violencia de género, doméstica, etc.);
el paso del sistema escrito al oral, en el proceso civil en general; el paso del
sistema inquisitivo al acusatorio, en el proceso penal; los nuevos procesos de
familia y menores; los procesos colectivos; las reformulaciones de las medidas
cautelares y los procesos urgentes; y la incorporación de nuevas tecnologías de
la información y la comunicación (TIC´s) a cada uno de ellos, acompañando esa
transformación.
Se suma también el auge en el mundo del Derecho por la vigencia efectiva de
los Derechos Humanos, que implica estar al día con las últimas novedades en
materia jurisprudencial.
Ante todo este panorama, tanto el juez como sus auxiliares, deben estar lo
suficientemente capacitados, no sólo desde el punto de vista técnico-jurídico,
sino además, en lo que refiere a otras destrezas, relativas a la gestión (que ya
hemos referido), como a la argumentación y redacción jurídica (con un lenguaje
más entendible, claro y cercano, porque eso también es acceso a justicia)…
Además, resultan necesarias la reflexión ética y filosófica. En efecto, la realidad
compleja del mundo en general, y del jurídico en especial, imponen que el
magistrado y funcionario judicial estén lo suficientemente formados para poder
construir un juicio crítico propio.
Finalmente debemos referirnos a la excelencia a la que deben aspirar, cuya
dimensión ética es fundamental, magistrados y funcionarios judiciales; lo que
como sociedad debemos proponernos decididamente.
Nuestra Universidad sale al cruce de este desafío, y propone entonces una
carrera que intenta hacer frente a estas demandas que la realidad impone,
proponiendo la formación de profesionales del derecho que aspiren a la
excelencia en su función.
Por tales motivos, invitamos a que todos aquellos que se encuentran en la
función, como magistrados o funcionarios, o quienes aspiren a ello, puedan
adquirir la formación y capacitación necesaria para afrontar los retos de la
realidad actual.